RZ NOTICIAS, EUROPA.- Coca-Cola ha decidido acelerar sus planes de reducción del uso de plástico en Europa Occidental para acortar los plazos fijados en sus objetivos iniciales, y dejará de utilizar este material en los “packs” de latas de aluminio (las “anillas”) sustituyéndolo por cartón a partir de este mismo año.
“Tenemos que hacer algo, y hay que hacerlo mejor y más rápido”, reconoció el presidente para la región de la multinacional, Tim Brett, durante una presentación ante periodistas y organizaciones ecologistas celebrada hoy en Londres.
Una de las medidas más visibles de cara al consumidor será dejar de usar anillas de plástico en los “packs” de latas, que pasarán a estar unidas por un envase de cartón: la iniciativa comenzará a aplicarse ya este otoño en las de menor tamaño (200 mililitros) y se extenderá al resto de formatos en 2020.
También se aligerará el peso de los envases y se eliminará el “film retráctil” que une las botellas de plástico de medio litro.
De esta forma, la empresa prevé reducir 11.000 toneladas de plástico al año en Europa Occidental, de las cuáles 2.600 corresponden al mercado ibérico (España y Portugal).
Brett aseguró que Coca-Cola como compañía se siente “mal” al ver cómo sus envases contribuyen a la contaminación del medio ambiente y ha apostado por actualizar sus compromisos en materia de sostenibilidad.
La firma quiere que para 2023 la mitad de todas sus botellas de plástico comercializadas en Europa Occidental estén hechas con “plástico reciclado o renovable” (PET), dos años antes de lo previsto inicialmente; a cierre de 2018, el porcentaje que ya cumplía estos requisitos se situaba en el 28 %.
En el caso de la Península Ibérica, la firma prevé alcanzar esta meta ya en 2022.
Desde Coca-Cola han incidido, no obstante, en que “no existe una solución fácil” para resolver los problemas medioambientales y todavía afrontan “dificultades tecnológicas” en algunas áreas.
En este sentido, la empresa anunció hoy que ha conseguido fabricar una botella elaborada en parte con plástico reciclado procedente de los residuos marinos, recogidos en diferentes playas de España y Portugal en el marco de su proyecto “Mares Circulares”, un tipo de material considerado “de baja calidad” y que hasta ahora se consideraba que no se podía usar.
La iniciativa aún se encuentra en una fase preliminar -se han fabricado apenas 300 botellas-, aunque el objetivo es estudiar su aplicación a escala industrial.