La desaceleración económica provocada por las medidas adoptadas por los países para contener el avance del COVID-19 solo ha dado un respiro temporal al planeta. A pesar de las positivas noticias sobre la reducción de emisiones en varias ciudades alrededor del mundo al inicio de la cuarentena, el informe Unidos en la Ciencia publicado por la Organización Meteorológica Mundial junto a varias instituciones colaboradoras, nos demuestra que el Cambio Climático es una crisis que no se detiene.
El informe es el segundo que realiza la institución. El mismo es una compilación de alto nivel de los hallazgos científicos en materia de cambio climático y esta edición arroja preocupantes datos sobre la realidad que vivimos. El calentamiento de nuestro planeta sigue en aumento incluso batiendo récords en calor, magnitud de desastres naturales y en los efectos de estos sobre las comunidades alrededor del mundo. Por si fuera poco, con la reactivación de la actividad económica, nuestras emisiones de gases de efecto invernadero siguen siendo las más altas y se proyecta que seguirán en aumento.
Otro hallazgo presentado en el informe es que el período comprendido entre el 2016 y el 2020 será el más caliente hasta la fecha. Aún más preocupante, el informe muestra cómo estos patrones de emisiones no nos permitirán mantenernos por debajo de los 2C del aumento de la temperatura de la Tierra. Estas proyecciones deben ser una alarma para los líderes mundiales, pues el impacto del cambio climático cada vez será más difícil de predecir y tendrá profundas consecuencias en la seguridad alimentaria, el turismo, la economía y nuestra salud.
No podemos seguir ignorando que estamos enfrentando dos crisis: la del COVID-19 y la crisis ambiental. A medida que los países comienzan a recuperarse económicamente del impacto de la pandemia debemos reconocer que las decisiones que tomemos hoy moldearán las siguientes décadas. Es responsabilidad de los gobiernos enfocar esta recuperación económica en un modelo sostenible y más verde que permita encaminarnos hacia el cumplimiento de lo pautado en el Acuerdo de París.
El covid ha venido a profundizar desigualdades y a resaltar las deficiencias de nuestros sistemas, pero nuestra antigua normalidad ha comprometido la supervivencia de futuras generaciones, por lo que ahora debemos ser más ambiciosos en nuestras metas hacia lograr una “nueva normalidad” sostenible. Esta pausa mundial es una oportunidad para construir una base sólida que garantice una recuperación económica sostenible y nos permita ser una sociedad resiliente.
Por Claudia Taboada