RZ NOTICIAS, SANTO DOMINGO.- A propósito del X aniversario del Día Internacional de la Niña, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) aseguró que en este decenio se ha avanzado en sus derechos, pero que en “República Dominicana, el 65 % de las adolescentes entre 15 y 17 años ha sufrido violencia sexual en algún momento de su vida”.
En un comunicado enviado este martes, la entidad advirtió que en esta simbólica fecha sobre las desigualdades que padecen las adolescente, continúan teniendo retos importantes en lo que respecta a su educación, bienestar físico y mental, y la protección necesaria para una vida libre de todo tipo de violencia, y esto va desde incluye el aspecto psicológico, la agresión física, el abuso sexual e incluso al feminicidio.
Además, los perpetradores de estos crímenes están cerca de las niñas: en sus casas, en sus escuelas y en sus familias, siendo estos los espacios más inseguros para ellas, agrega.
De su lado, Rosa Elcarte, representante residente del Fondo que trabaja con la infancia, indicó que “la niñez y la adolescencia son períodos clave en los que las niñas y los niños aprenden e interiorizan normas sociales y de género nocivas, que generan desigualdades entre niños y niñas, y estas disparidades tienen consecuencias en todos sus caminos”.
Aseguró, a su vez: “ahora es el momento de acabar con los estereotipos, y de garantizar que toda la niñez esté protegida. De lo contrario, es más probable que sufran y perpetúen las mismas normas sociales dañinas cuando sean adultos”.
Elcarte hizo un llamado a los hombres para que asuman la corresponsabilidad del mantenimiento y de la educación de los hijos e hijas, así como a las madres, para que junto a los progenitores fomenten entornos familiares, culturales y sociales que “no discriminen a las niñas sobre los niños; que no las sexualicen y cosifiquen, para que no las empujemos a un embarazo o una unión temprana, para que las niñas se puedan empoderar y definir la mejor forma de vida para su desarrollo personal”.
En el ámbito global, más de 2,5 millones de mujeres no tienen acceso a servicios básicos de higiene menstrual. Las niñas y las adolescentes tienen más riesgos, ya que, según el comunicado, la falta de acceso a la salud e higiene menstrual restringe la movilidad y las opciones personales de las niñas, afectando la asistencia a la escuela y a la participación en la vida comunitaria; comprometiéndose su seguridad, así como causando estrés y ansiedad adicionales. La equidad menstrual protege la dignidad, genera confianza y fortalece la salud y los derechos sexuales y reproductivos.
“Felicitamos al país por algunos avances en los derechos de las niñas, como la ley que prohíbe el matrimonio infantil, o la política pública para la prevención y la atención de las uniones tempranas y el embarazo adolescente, pero queda un largo trayecto por recorrer para terminar con la desigualdad de derechos entre los niños y las niñas”, refirió la representante de Unicef.
En República Dominicana, según datos de la Enhogar-MICS 2019, se revela que el 20 % de las mujeres jóvenes tiene su primer hijo antes de los 18 años. En las investigaciones, los números aumentan a 34 % entre las más vulnerables y a 49 % entre las que solo terminan la primaria. Uno de los hallazgos más preocupantes es que el 2 % de las mujeres jóvenes tuvo un hijo antes de los 15 años, y bajo esta cifra frecuentemente pueden esconderse situaciones de abuso, de incesto y de violencia sexual.
Respecto a las estadísticas de uniones tempranas de menores de 18 años, en territorio dominicano ha habido algunos avances, reduciéndose de 37 % en 2014 a 32 % en 2019, siendo importante remarcar que, entre la población de menos recursos económicos, esta cifra bajó de 60 % (2014) a 49 % (2014). También, se redujeron las cantidades de uniones tempranas en menores de 15 años de 12 % (2014) a 9 % (2019). A pesar de este avance, el país presenta cifras mucho más elevadas que la media latinoamericana, donde el 22% de las menores de 18 años están unidas o casadas.
La reducción de la pobreza, la educación, los cambios de normas sociales y las pautas culturales que promueven la desigualdad de derechos entre niños y niñas, y entre hombres y mujeres, juntamente con una higiene menstrual adecuada; y la educación sexual y reproductiva son elementos imprescindibles para conseguir avanzar en los derechos de las niñas y las adolescentes.
Se señala que las niñas con discapacidad enfrentan discriminación múltiple e interseccional en el ejercicio y goce de sus derechos, puesto que suelen correr un mayor riesgo, tanto dentro como fuera del hogar; de violencia, de lesiones o de abuso, de abandono o de trato negligente. De malos tratos o de explotación, y tienen hasta tres veces más riesgo de violación que las niñas sin discapacidad, asimismo tienen el doble de probabilidades de experimentar otras formas de violencia de género.